miércoles, 7 de abril de 2010

Esencia y trascendencia...

Domingo Hurtado del Río buscaba [al hombre] en "momentos trascendentes donde la proyección es más individual, más personal, en esa soledad cósmica que se expresa dramáticamente en un sol que comienza a ocultarse para abstraerse él también, donde lo cercano se opaca, para quedar el horizonte de los sueños y las ambiciones , más nítido y despejado"


Aquí está el "horizonte de los sueños y las ambiciones más nítido y despejado" de Domingo Hurtado.
Cardiólogo de profesión, figura en el consejo editorial de esta revista:

Lamentablemente, sigue la costumbre del ostracismo cibernético como la mayoría de los fotógrafos invitados de esta revista. Veamos el resultado de su búsqueda del hombre en soledad, a quien procuraba no "disturbarlo en su abstracción" utilizando dos lentes, uno de 105 mm y otro de 180 mm., para "ajustarse al cumplimiento de uno de los axiomas fotográficos enunciado por uno de los maestros mundiales: - si la foto no es buena, es que no se está suficientemente cerca- (Weston)." Para Hurtado "tal principio es norma"...















Estas dos últimas les recuerdan sin duda las de este número:

Momentos "trascendentes"; proyección "más individual, más personal"; soledad "cósmica"; todo esto expresado "dramáticamente"... Esos momentos trascendentes ¿serán lo mismo que la "esencia" del momento de Jorge Barquet?

Esencia y trascendencia, aquí tenemos dos conceptos para capturar con la cámara. La esencia es "aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas". ¿Si buscamos captar la esencia de un momento somos realistas, naturalistas? Y si nos interesa la trascendencia: "quello que está más allá de los límites naturales y desligado de ellos." RAE, ¿somos idealistas?

Pero esencia y trascendencia también significan lo más importante de las cosas; una es un estado, la otra es una consecuencia. En todo caso, hablamos de objetivismo y subjetivismo. Podemos representar la esencia de manera subjetiva, para resaltarla más... Después de esta reflexión tan profunda, volvamos a la soledad del hombre... Bueno, mejor ahí la dejamos.

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